Es de todo punto evidente que esta ciudad nuestra, esta Cartagena de nuestros apasionados amores, ha existido desde sus mismos origenes abierta como una gran ventana orientada hacia la mar. Hacia los luminosos azules del Mare Nostrum.
Y precisamente por eso, apoyada sobre la base de una secular vecindad y vocación de mar y de lejanos horizontes salados, se estableció aquí a principios del siglo XVIII la Capitanía General del Departamento Marítimo del Mediterráneo, denominación castrense que después ha cambiado a la de Zona Marítima del Mediterráneo.
Para dotar de oficiales y eficientes mandos que gobernaran los navíos de guerra afectos a este Departamento Marítimo, se creó en nuestra ciudad la Academia Cuartel de Guardiamarinas, cuya escuela estuvo en sus principios en un gran caserón de la Plaza de San Agustín frente al Convento de los frailes Agustinos. Pero la importancia de aquella Real Compañía de Guardiamarinas hizo preciso edificar un gran palacio digno de la misma y de la misión que tenía encomendada.
Por eso el día 25 del mes de Agosto del año 1789 se colocó la primera piedra del "CUARTEL DE GUARDIAMARINAS DE CARTAGENA" que, a pesar de su efímera existencia nació con grandes perspectivas de continuidad y de eficacia en la formación humana y técnica de los cadetes que a ella acudieron. Se trata de un gran edificio sito en el mismo centro de la Avenida de la Muralla del Mar, y ennoblece con su presencia este importante paseo de nuestra ciudad, que sirve de referencia a quienes a bordo de sus buques nos llegan por los invisibles caminos de la mar. Este gran edificio ha constituido sede de muchos estamentos relacionados siempre con la Armada Española, desde Intendencia de la Marina de Guerra hasta Palacio de Servicios Generales de la Armada Española.
El arquitecto de este edificio fue Simón Ferrer y Burgos, y una vez terminados los trabajos se estableció que su costo había sido de 6.800.000 reales. Cuando se inauguró era Ministro de Marina don Antonio Valdés, y era Comandante del Cuerpo de Guardiamarinas don José de Mazarredo, quienes planificaron los estudios a realizar por los cadetes-alumnos con la meticulosidad propia de unos tiempos en que la navegación era el más arriesgado de los cometidos posibles. Finalmente se cerraron en España los colegios de Guardiamarinas de Cartagena y de Cádiz, quedando tan sólo el de Marín en Galicia.
Ese edificio que hoy podemos admirar en la Muralla del Mar, ocupa un importante lugar en la Historia de Cartagena. Se colocó su primera piedra el día 25 de Agosto de 1789.
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