El día 29 del mes de Marzo del año 1996 se produjo en Cartagena una tremenda tragedia que conmovió profundamente a todos nuestros paisanos. Ocurrió que aquel día dos buceadores de la Guardia Civil, el Teniente Antonio Naranjo y el guardia Antonio Sánchez iniciaron un curso de prácticas de buceo en la llamada Cueva del Agua que está en las proximidades del poblado de Isla Plana y dentro del térnimo municipal de Cartagena lindando con el de Mazarrón.
Los dos submarinistas penetraron en la cueva que está totalmente inundada de agua hasta las rocas que forman su techo. Una hora después no habían salido por lo que se dio la voz de alarma e inmediatamente se organizó un impresionante dispositivo de salvamento en el que se integraron buceadores de la Guardia Civil, otros del Centro de Buceo de la Armada, espeleólogos submarinos, Protección Civil, y otras organizaciones especializadas en estos trabajos. Incluso vinieron buceadores desde otras ciudades de España.
Entonces muchos cartageneros supimos que esta casi ignorada Cueva del Agua es extremadamente peligrosa ya que está formada por incontables galerías nunca antes cartografiadas. Hay laberintos, grutas interiores, pasadizos, corrientes de aguas termales y otras de agua dulce, y todo ello entre rocas desprendidas de paredes y techos en equilibrio inestable entre masas de agua en movimiento.
La búsqueda estuvo coordinada por el Delegado del Gobierno Eugenio Faraco y el Comandante del Centro de Buceo de la Armada en Cartagena (C.B.A.), José María Seijo Salazar. Las labores de rescate no se interrumpieron ni de día ni de noche con la esperanza de que estuvieran vivos dentro de alguna bolsa de aire, pero conforme iban pasando los días se desvanecieron las esperanzas abrigadas.
Los buceadores contaban cosas espeluznantes sobre la orografía interior de la Cueva del Agua donde ya se habían perdido anteriormente algunas personas. Las aguas, intensamente turbias no permitían la visibilidad demorando el rescate.
El día 1 del mes de Mayo de 1996, 34 días después del accidente y tras ininterrumpidos trabajos, fue localizado el cuerpo sin vida del Teniente Naranjo a 195 metros de la boca de la cueva, y al día siguiente se encontró el cuerpo del guardia Antonio Sánchez a 95 metros de la entrada de la misma galería, ambos en avanzado estado de descomposición dada la alta temperatura del agua. Todos los medios de comunicación social siguieron la incidencias del rescate con amplias informaciones y fotografías de la entrada de la Cueva del Agua y de los elementos de salvamento allí acumulados.
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