Se encuentran situadas en la carretera de Cartagena a Cala Cortina, a continuación de la Batería de San Leandro y justo antes de la batería de Santa Ana, en una cota superior a la batería de San Leandro. Fueron proyectadas (junto con las anteriores) para defender la bocana del puerto y evitar la entrada de naves enemigas.
Aunque su construcción es del siglo XVIII, fueron completamente reformadas por el llamado Plan O'donell a finales del siglo XIX (concretamente en 1.862). Entonces se le montan 6 cañones de hierro de calibre de 21 centímetros fabricados en Trubia en 1852.
Las dos baterías son hechas con casamatas de hormigón, paralelas a la costa, enteradas por vanguardia para protegerlas de los disparos de los buques desde el mar. Las partes traseras de las casamatas están abiertas para la mejor ventilación del humo de la pólvora. Las edificaciones de Repuestos y Servicios, construidas a retaguardia, están protegidas por bóveda a prueba, de hormigón.
En la Guerra Cantonal, a finales del siglo XIX recibió el nombre de Batería de Daoiz. A comienzos del siglo XIX se acometen unas obras para montar nuevas piezas pero que no llegaron a montarse.
Después de la Guerra Civil pasaron a usarse como depósito de municiones y más tarde se usaron sus explanadas y cañoneras para hacer los disparos de las salvas cuando eran requeridos. En la actualidad están abandonadas y sin uso, siendo visitadas, eso sí, por muchos pescadores que se acercan a pescar a las rocas cercanas.
Baterías de San Isidoro y Santa Florentina |
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