martes, 3 de agosto de 2010

Ruta de Senderismo: Baterías de Aguilones y Conejos





 La nota característica del día fue sin duda el fuerte viento. Comienza el día gris y con amagos de chubascos (y mira que son raros por estas tierras).
    Nos trasladamos en coches hasta el lugar de comienzo y empezamos la marcha sobre las 09.30 de la mañana. En el comienzo, la Cruz de los Caídos frente a la Isla de Escombreras. El monitor, Bartolo, nos explica que dicha Cruz se construyó en recuerdo de las personas que fallecieron en el hundimiento del buque "Castillo de Olite" durante la Guerra Civil y nos señala el lugar donde permanecen hundidos sus restos. También nos cuenta (él es buzo profesional) que en esta ensenada encontró una columna romana y varias ánforas y otros restos romanos (es que Cartagena fue un puerto muy importante durante la época Romana - y aún lo sigue siendo aunque lo tengan algo olvidado-).
    Ascendemos por una pendiente suave de carretera asfaltada (por la que pueden pasar vehículos) y vamos viendo durante la ascensión las magníficas vistas que nos ofrece el Puerto de Cartagena con sus dos faros : Navidad y la Curra (aunque éste queda escondido desde aquí), el puerto petrolero de Escombreras y las instalaciones de la Central Térmica (donde se produce la electricidad que alumbra nuestra ciudad), así como el Valle de Escombreras, sembrado de tanques de petróleo, butano, etc. Esta parte no es tan atractiva a la vista como lo pueda ser la parte opuesta, donde se abre el inmenso Mar Mediterráneo que hoy, por cierto, nos muestra una cara de pocos amigos…
    Durante la ascensión, nos azotan algunas ráfagas de aire de 40-50 ktms. por hora, sobre todo en la ladera SW de la montaña.
    Así llegamos a la cota de 170 metros de la Batería de Aguilones, la primera de las dos que vamos a visitar. Parada para las fotos de rigor y el avituallamiento para recuperar fuerzas. Los monitores de la asociación (ahora le toca el turno a Isabel) nos explican el cometido y uso de la batería superficie-superfice que en su día contaba con cañones de un alcance de 33 kilómetros. Hoy sólo quedan las ruinas y el destrozo que deja el paso del tiempo (y lo que no es el tiempo, sino las gentes).
    Tras el descanso, sobre las 11 de la mañana, seguimos nuestro camino hacia el objetivo final: la batería de Conejos, a 204 metros de altitud, pero por el camino se nos presenta un problema con el que no habíamos contado. El camino ascendente pasa por el medio de una montaña cortada hace un montón de años a base de dinamita, quedando dos paredes verticales a ambos lados del camino (incluso en algún punto en el interior se pueden ver formaciones de estalactitas que en su momento estaban en una cueva que había en el monte, antes de volarlo).
    Pues bien, el fuerte viento que hace fuera, al pasar por este túnel se amplifica como en un cañón y de esta manera, en su interior, se forman rachas que alcanzan los 140-150 kilómetros por hora (según el monitor). El viento arrastra también las piedrecitas del camino y las lanza contra nosotros que, pobre de nosotros, no sólo nos vemos volando sino además "escopeteados". Fue toda una Odisea el cruzar el túnel, sobre todo a la vuelta, que el viento había arreciado y fueron con mucho los momentos más peligrosos de esta ruta, aunque también los más anecdóticos y los que con el tiempo más recordaremos.
    En la batería antiaérea de Conejos estuvimos poco tiempo porque hacía un viento más fuerte y porque parte del grupo se había quedado en la otra por no poder (o querer) cruzar el "túnel del viento".
    El cruce del túnel a la vuelta (como dije antes) fue más peligroso y varios que se habían atado a una cuerda, a la salida por poco los arroja el viento al precipicio que se abre al acabar el túnel. Con más o menos apuros logramos pasar todos (¡qué remedio, no nos íbamos a quedar allí todo el día!) al otro lado y volver con los compañeros que nos esperaban, iniciando el retorno y la bajada.
    Al desandar lo andado hasta el lugar donde nos aguardaban pacientemente los coches, nada que destacar, sólo algunas rachas fuertes de viento (algunas matas volando) y una ligera lluvia que quedó en nada (menos mal).
    Sobre las 12.50 horas terminamos esta marcha y nos despedimos hasta la siguiente, dentro de 15 días.


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EL RECORRIDO.

   Se inicia en la Cruz de los Caídos, que está al final del Valle de Escombreras pasado el Poblado de la Térmica. Tomamos hacia el Este por un sendero que nos conduce hasta el centro del poblado de la Térmica y continuamos por la carretera que asciende hasta la Punta de Aguilones.
   La flora que encontramos es abundante: Escobilla, cojín de la suegra, Azofaifo, Aliaga, Cornigal, plantas aromáticas como Romero, Tomillo y Lavándula.
   En fauna podemos ver con facilidad conejos, liebres y aves autóctonas del lugar.
   Desde la batería de Aguilones y en dirección Este tomaremos una pista de tierra machacada que nos conducirá a la batería antiaérea de Conejos.
   Prestamos atención en esta carretera al paso por una montaña (cortada para hacer la pista de piedra machacada) en su pared Norte y observaremos formaciones de estalactita.

Baterías de Aguilones y Conejos

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