lunes, 19 de mayo de 2014

Reserva Natural de Cañaverosa

Sotos y bosques de ribera de Cañaverosa


El avistamiento de un paisaje de bosque de ribera o alguno de sus elementos, nos indica la 
presencia de agua. El grado de humedad contenido en el suelo varía, disminuyendo al alejarnos perpendicularmente del curso del agua hacia el interior.

La profundidad a que se encuentra el nivel freático, su abundancia y la consistencia del mismo, selecciona las especies vegetales en función de sus necesidades de agua que tengan, su resistencia mecánica a las avenidas y la capacidad de soportar inundaciones periódicas totales o parciales, disponiéndose de este modo en bandas paralelas al río.

Los árboles de estos fantásticos bosques están representados por álamos (Populs alba), chopos (Populus nigra), fresnos (Fraxinus angustifolia), sauces (Salix sp.) y olmos (Ulmus minor), que hunden sus raíces en el nivel freático del río y que son capaces de resistir las grandes crecidas del río que sumergen en el agua parte del tronco de estas especies.


Como especies típicas del sotobosque hallamos zarzas (Rubus sp.), baladres (Nerium oleander), rosal silvestre (Rosa canina) o mirtos (Myrtus communis), entre otros. El conjunto forma un espacio natural de alto valor ecológico. Algo más alejada de la propia ribera, la vegetación está dominada por espino negro (Rhamnus lycioides), lentisco (Pistacea lentiscus) y enebro (Juniperus oxycedrus), especies típicas del monte mediterráneo.

Los sotos albergan una comunidad faunística muy rica en especies: invertebrados, peces, anfibios, reptiles, aves y mamíferos otorgan una biodiversidad impresionante a los bosques riparios. Quizás el invertebrado más carismático, por su escasez y categoría de protección sea el caballito del diablo(Coenagrion mercuriale). En el grupo de las aves, encontramos especies desde los pequeños paseriformes (mitos, herrerillos, ruiseñores, jilgueros...) hasta aves muy unidas a ambientes riparios, como la garza real (Ardea cinerea), siendo también típico de los sotos el gavilán (Accipiter nisus), pequeña rapaz forestal.

Además, los bosques de ribera en galería funcionan como corredores biológicos para muchas especies, en particular para los mamíferos, como es el caso de la garduña (Martes folna) y la gineta (Genetta genetta);  y en áreas donde los bosques naturales han sido masivamente sustituidos por cultivos, la mayor cobertura vegetal de los sotos facilita el desplazamiento de muchos animales.

Los sotos son ecosistemas muy ricos en alimento, con abundancia de frutos y de invertebrados. Pese a su reducida extensión, presentan diferentes estratos y franjas de vegetación y además, tienen el agua al lado. Esto les convierte en pequeños oasis, a menudo en medio de zonas fuertemente transformadas, fundamentales para muchos animales especialmente para las aves. De hecho, los bosques de ribera son los hábitats con una mayor diversidad de aves en toda Europa y las densidades pueden llegar a ser de 50 pájaros por hectárea. Se encuentran en él especies de vertebrados típicas de las zona húmedas y de los ecosistemas fluviales, pero también de otros hábitats, no especialmente ligadas a la presencia de agua, que buscan en el soto comida y/o refugio.

La proximidad de un ambiente acuático regular en un entorno relativamente árido aumenta la riqueza faunística de la zona. Son ejemplo de ello la gran variedad de especies de aves que podemos encontrar entre los árboles, y que se manifiestan por sus espléndidos cantos. Si guardamos un poco de silencio en nuestro paseo por la "Senda de la Huertecica" y, en general, a lo largo de todo el recorrido, podremos escuchar el estruendoso canto del ruiseñor bastardo o Cetia Ruiseñor (Cettia cetti), el repetitivo tintinear del carbonero garrapinos (Parus ater), la melodía del ruiseñor común (Luscinia megarhynchos) o el carrascañeo de currucas carrasqueña, zarcera o rabilarga (Sylvia cantillans, S. conmunis, S. undata). En periodo estival es frecuente escuchar el repetitivo canto de zarceros, carriceros y mosquiteros y en invierno el de la lavandera blanca (Motacilla alba) y el petirrojo (Erithacus rubecula).

Se acercarán a nosotros bandos de pequeños mitos (Aeghitalos caudatus) o herrerillos comunes (Parus caeruleus) entre las copas de los árboles. Y descubriremos preciosas aves de maravillosos colores, como pito real (Picus viridis), oropéndola (Oriolus oriolus) o martín pescador.

También en el medio acuático de la Reserva de Cañaverosa encontramos preciosas garzas reales (Ardea cinerea), escurridizas gallinetas comunes (Gallinula chloropus), cormoranes (Phalacrocorax carbo) en busca de grandes peces con los que alimentarse y azulones reales (Anas plathyrinchos) nadando por el lecho del río.

2 comentarios:

Joan dijo...

Hola, me gustaria contactar con Isidro Vera autor de estas magnificas instantáneas. Soy ex marino y nunca había subido he subido a estas baterías de costa, sabia de su existencia y con las veces que he visitado Cartagena nunca he subido a ellas.
Quisiera recabar un poco de información sobre estas baterías de costa y si el acceso es libre en todas ellas en coche.
Mi nombre es Joan Balcells Masachs y se me puede encontrar en el Facebook.
Gracias.

Isidro Vera dijo...

Hola Joan:

En esta dirección tienes toda la información de todas las baterías y castillos:

http://portaldecartagena.blogspot.com.es/p/baterias.html

Casi ninguna es accesible en coche, solo la de Castillitos, por carretera asfaltada.
Saludos.