Titulado en Barcelona en 1887, tras ganar unas oposiciones como arquitecto de Hacienda fue destinado a Cartagena (1897), donde realizó prácticamente todo su trabajo hasta su muerte. Durante su estancia profesional desempeñó distintos cargos, entre ellos el de arquitecto de la Junta de Protección a la Infancia. Más tarde, se creó para él una plaza de arquitecto municipal interino, con sueldo anual de 5.000 pesetas, que desempeñó hasta 1930. Su prestigio le llevó a ser el arquitecto más requerido por la burguesía minera y comercial de Cartagena, realizando su variada y extraordinaria obra bajo los auspicios de su adinerada clientela. Sus continuos viajes a Barcelona, Valencia y Sevilla le permitieron conectar con las corrientes y estilos de su época, actualizando sus conocimientos, y recibiendo la influencia de las realizaciones que giraron en torno a la Exposición Universal de Barcelona.
Beltrí se constituyó en el arquitecto más modernista de la región murciana, con fluidez en el espacio interno de sus edificaciones y notable movimiento de formas en el plano ornamental, que es el que más ha perdurado y el más aparente de cara al gran público. Entre sus obras más notables, destacan la casa del industrial minero Serafín Cervantes (1900), que algún comentarista de la época comparó con el esfuerzo del Casino de Murcia; dotada de un gran zócalo de preciosista factura, y balcones, pisos y materiales que hacen referencia a un modelo de palacio burgués. Otro palacete urbano es el palacio de Aguirre (encargado por el industrial Camilo Aguirre en 1898), que comenzará a levantarse en 1901, dotándose al edificio situado en una de las entradas a Cartagena, con mayor dinamismo ornamental, así como columnillas y azulejos de aire rococó y estilo modernista. En 1906 el arquitecto Beltrí dirigió las obras del terrateniente José Maestre (que había encargado en principio al arquitecto Marcelino Coquillat) y en las que al orden de los volúmenes y estructuras, incorporó notables aportaciones que personalizaron esta espléndida obra modernista en pleno centro de Cartagena. En el mismo año realizó el proyecto de la casa Alesson, en la calle Jara, y en 1908 una sensible reforma en la casa de los hermanos Dorda, cuyo balcón principal recuerda el proyectado para la casa Maestre. En 1909 comienza el proyecto de casa-chalet para los Zapata, ubicada en la plaza ovalada (plaza de España), ocupó una manzana poligonal para desarrollar su diseño modernista, donde intentó combinar la Naturaleza con la concepción arquitectónica equilibrada.
La gran obra de estilo modernista en Cartagena es, sin duda, el Gran Hotel, que iniciara el arquitecto municipal Tomás Rico (1907), pero que continuó Beltrí a su muerte (1912), hasta su finalización en 1916. Situado el edificio en un gran eje arterial, se elevó de forma contundente respecto a otros edificios anejos, marcando una clara concepción internacional con la incorporación de aspectos extructurales y decorativos que superaban lo realizado hasta entonces. Su decoración a base de dos tonos dominantes, rojo-blanco, y el cuidado diseño de puertas y ventanas, dinteles, decoraciones vegetales, guirnaldas, variantes circulares u ovaladas, junto a buhardillas y jarrones en la coronación del edificio, le confieren una singularidad no superada.
Otras realizaciones llevadas a cabo por Beltrí son: la casa de los Llagostera (1916) dotada con decoraciones cerámicas firmadas por Gaspar Polo, y que reflejan una clara inspiración en la tradición colorista valenciana. En 1918 proyecta e inicia las obras de la Casa del Niño, levantada por iniciativa de la Junta de Protección a la Infancia de Cartagena. Mención especial merece el proyecto del mercado público de La Unión, obra de Víctor Beltrí, la dirección de las obras a cargo de otro prestigioso arquitecto murciano, Pedro Cerdán, quienes llevaron a cabo su trabajo entre 1900 y 1907, consiguiendo «una obra magistral por su bellísimo espacio interior de hierro esbeltísimamente tratado, y con paramentos de ladrillo rítmicamente resueltos con sabia desnudez funcional», según un crítico contemporáneo. Durante muchos años, se extendió la creencia de que el popular mercado de La Unión, actual sede del Festival del Cante de las Minas, había sido diseñado por el autor de la torre parisina, Eiffel.
De Víctor Beltrí, perfectamente identificado con la trama urbana de Cartagena, donde proyectó su labor profesional, se ha escrito: «Su arquitectura, más contenida que arrebatada y más meditada que intuida, es de perfecto acabado».
Victor Beltrí |
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