Turismo Cartagena Murcia - El Medio Submarino (I)

Observando un mapamundi se aprecia a simple vista, que el nuestro, es un planeta eminentemente acuático, en el que los océanos, cubren algo más del 70% de la superficie de la Tierra. Esta gran masa de agua, compartimentada artificialmente en mares y océanos, es un medio continuo, cuyas condiciones físico-químicas, climáticas y biológicas son más homogéneas, en el espacio y en el tiempo, que en el medio terrestre.
Por esta razón, por su gran contenido en sales minerales y por su acción protectora ante las radiaciones cósmicas, fue el mar el único lugar donde pudieron surgir las primeras formas de vida. Este medio se puede considerar como un ecosistema en sí mismo, existiendo, por tanto, un hábitat con unas condiciones ambientales concretas, y un conjunto de organismos (biocenosis) que se desenvuelven en dicho ambiente.

El medio marino está condicionado por unos factores físicos que son: salinidad, temperatura, iluminación, densidad, hidrodinamismo y tipo de sustrato. Factores éstos que han implicado unas adaptaciones por parte de los organismos marinos, totalmente originales e impensables fuera de este fluido.
El agua de mar se caracteriza por su salinidad, o por lo que es lo mismo, la cantidad de sales que lleva disueltas. El valor medio de la salinidad de los diferentes océanos es de 35 por mil (35 gr. de sales en 1 Kg. de agua de mar).
La temperatura del agua depende directamente de la insolación que recibe, por lo que disminuirá a medida que nos alejamos del ecuador o ganamos en profundidad. La temperatura tiene una gran importancia en la distribución geográfica y en profundidad de los organismos marinos.
La luz es un factor que se pierde enseguida con la profundidad, de modo que a partir de los 100-150 m., las algas marinas ya no podrán realizar la fotosíntesis por falta de suficiente intensidad luminosa. Esta reducción de la iluminación implica una distribución batimétrica de los organismos marinos, que buscan una intensidad luminica óptima para su desarrollo.
La mayor densidad del agua salada (800 veces) con relación a la del aire ha permitido que la flotación sea una respuesta adaptativa utilizada tanto por grandes (ballenas), como por pequeños (organismos microscópicos), con la particularidad de que el alimento también puede estar en suspensión.
Movimientos de las masas de agua (hidrodinamismo) como olas, corrientes y mareas inciden directamente sobre los organismos marinos, condicionando su lugar de implantación, su distribución geográfica y la renovación de sus nutrientes.
La naturaleza de los fondos: duros (rocas, escolleras, etc.) o blandos (fangos arenas, etc.) también condiciona el tipo de organismos que se pueden fijar en ellos, así como las respuestas adaptativas que animales y plantas adoptan para sobrevivir.
Los distintos organismos marinos se encuentran localizados en dos sistemas o dominios principales: el de las aguas libres o dominio pelágico, y el de los fondos o dominio bentónico. En el primero podemos encontrar un grupo de vegetales y animales que sólo pueden controlar su profunidad de flotación mientras son arrastrados por las corrientes (plancton), y otro grupo de animales nadadores que controlan perfectamente su posición (necton).
Por último, existe un conjunto de vegetales y animales que viven en relación constante con el fondo (bentos) y que pertenece al dominio bentónico. Todos estos organismos están totalmente interconectados unos con otros por relaciones de muy diversa índole, siendo las relaciones tróficas las que más clarifican el funcionamiento de un ecosistema en su conjunto.
En la superficie del mar los vegetales microscópicos del plancton (fitoplancton) utilizando la energía solar, la clorofila de que son portadores y los nutrientes inorgánicos (sales) que hay disueltos en el agua, sintetizan materia orgánica mediante la fotosíntesis. Este fitoplancton es consumido por herbívoros microscópicos (zooplancton), que en su mayoría son crustáceos (copépodos y decápodos). Este zooplancton es consumido, a su vez, por un primer grupo de carnívoros (sardina, boquerón, jurel, etc.) que sirven de alimento a un segundo grupo de carnívoros (caballa, espetón, bonito, calamares, etc.) y éstos a un tercero (delfines, tiburones, atunes, pez espada, etc.).
En los fondos la red trófica es mucho más complicada. El grupo de productores está formado por las algas y fanerógamas hentónicas, además del fitoplancton que se sedimenta. En el eslabón de herbívoros encontramos a ramoneadores (lapas, higaros, erizos, regulares, etc.) y filtradores (bivalvos, esponjas, poliquetos, briozoos, algunos equinodermos, ascidias, etc.). El eslabón o eslabones de carnívoros está constituido por cnidarios (anémonas, corales, etc.) moluscos (bocina, cañadilla, babosas de mar, pulpos, etc.), equinodermos (estrellas de mar) y peces (congrio, morena, mero, rascasa, rape, etc.). Los crustáceos (langosta, gambas, ermitaños, cangrejos, etc.) son carroñeros. Sobre toda la materia orgánica muerta actúan las bacterias, cerrando el ciclo de la materia al transformar las sustancias orgánicas en inorgánicas, que vuelven a estar a disposición de los organismos autótrofos. Es el eslabón de los descomponedores.


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