NUESTRO PATRIMONIO SUMERGIDO.
Las aguas mediterráneas que bañan nuestros 176 Km. de costa son aguas muy transparentes, bien oxigenadas, relativamente saladas (37 por mil) y cuya temperatura oscila entre los 12-13 grados del invierno y los 24-25 grados del verano.
Son aguas movidas principalmente por vientos de levante y lebeche, y donde las mareas son prácticamente inapreciables.
En cuanto a la naturaleza de los fondos marinos se puede decir que existe una gran diversidad y contraste. Por un lado tenemos un litoral rocoso con acantilados que adentrándose en el mar origina fondos donde la roca,
desde 0 a más de 80 metros de profundidad, adquiere multitud de extrañas y retorcidas formas (Cabo Cope, La Azohía-Portmán, Cabo de Palos-Islas Hormigas) que acogen comunidades de fondo rocoso muy ricas en especies.
desde 0 a más de 80 metros de profundidad, adquiere multitud de extrañas y retorcidas formas (Cabo Cope, La Azohía-Portmán, Cabo de Palos-Islas Hormigas) que acogen comunidades de fondo rocoso muy ricas en especies.
Unos plácidos fondos arenosos (Aguilas-La Azohía, Calblanque, Cabo de Palos-San Pedro del Pinatar) contrastan con los anteriores y dan acogida a extensas y exhuberantes praderas de Posidonia oceánica.
Mención especial merece la laguna costera del Mar Menor, que con sus 136 Km2 de superficie y sus 7 metros de profundidad máxima, contiene unas aguas que por su aislamiento en proporción a las del Mediterráneo presentan unas condiciones hidrográficas particulares, como son su alta salinidad (44 por mil) y sus elevadas temperaturas estivales (hasta 30 grados). Condiciones ambientales que suponen una barrera infranqueable para muchas de las especies mediterráneas, estando, en consecuencia, sus aguas y fondos colonizados por un reducido número de especies, pero que debido a la falta de competencia, presentan poblaciones muy numerosas.
Cabría destacar como los fondos blandos (arenas y fangos) que constituyen casi el 90% de los fondos de la laguna están recubiertos en su mayor parte por céspedes de alga verde (Caulerpa) y dos fanerógamas (Cymodocca y Zostera) en los cuales parece detectarse un predominio progresivo de la primera a medida que aumenta la contaminación del Mar Menor. Es necesario comentar por último cómo las comunidades biológicas descritas pueden verse afectadas por los agentes contaminantes introducidos por el hombre (aguas residuales, vertidos industriales, desechos mineros, etc.), dando como resultado el empobrecimiento de nuestras aguas y fondos, los cuales quedan únicamente poblados por las especies más oportunistas y resistentes.
El Medio Submarino (II)
El Medio Submarino (III)
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