Este yacimiento, conocido erróneamente como Muralla Bizantina, fue excavado en 1983 por Miguel Martínez Andreu, pudiéndose constatar en los trabajos efectuados unos grandes muros asociados a materiales cerámicos de época bizantina, por lo que se pensó que pudieran pertenecer al recinto amurallado que, tal y como se describe en la denominada "Lápida de Comenciolo" que se conserva en el Museo Arqueológico Municipal, se construyó hacia los años 589-590 d.C. para proteger la ciudad en dicha época. El carácter monumental de tales hallazgos, unido a su indudable importancia histórica, hicieron que se tomara la decisión de conservarlos en un sótano visitable sobre el que, posteriormente, el Ayuntamiento instaló su Sala Municipal de Exposiciones. El encargado de adecuar el yacimiento para su vista fue el entonces director del Museo Arqueológico Municipal, el arquitecto Pedro San Martín.
Un reestudio más detenido del conjunto ha permitido diferenciar tres momentos constructivos antiguos en el mismo:
A.- Casa romana republicana ("domus"), que sería, como todas las existentes en la zona en ese momento, forzosamente abandonada para permitir la construcción del teatro.
De ella se conservan dos grandes estancias con pavimentos de mosaico del tipo "opus signinum" que parecen corresponder a un gran atrio y a un "cubiculum" (dormitorio).
La más grande, es una sala, con umbrales de entradas al sur, pavimentada con un mosaico decorado con marco de tesellas negras y crucecitas y el centro ocupado seguramente por una fuente, de la que sólo resta su sumidero y un emblema central: 4 delfines en "tesellatum" blanco encuadrando una serie de cuadros de "tesellas" blancas y negras que remarcan mármoles "sectiles" de diferentes colores.
La segunda habitación se conserva muy parcialmente, decorada con malla romboidal de "opus signinum" blanco y negro. También habían restos de la pared (estucada en colores vivos) meridional de la estancia. La comunicación entre ambas estancias es un vano abierto decorado con cuadros con "sectiles" incrustados semejantes a los anteriores y una cenefa de "tesellatum" vegetal (tallos ondulantes y hojas de parra).
La escalera existente en esta dependencia, y que está realizada con piedra arenisca local es demostrativa de la adaptación de esta vivienda a la topografía de la zona en que se hallaba construida. Así, parece claro que serviría para el acceso a un nivel superior, del que sólo resta parte de una pileta de agua.
B.- Jardines porticados del teatro augusteo ("porticus post scaenam"). Grandes muros de cierre del recinto porticado (incluyendo una exedra) y apoyos de una gran rampa. Sus cimientos rompen la casa precedente, conservada solo bajo los rellenos de la rampa.
Los restos conservados se componen de un lienzo recto, con una longitud de 14 metros, y una exedra semicircular, con un diámetro exterior de 12 metros, realizados con bloques de "opus quadratum" trabajados en piedra arenisca de las canteras locales. Tras este muro exterior, otras dos líneas de cimentación paralelas a él y ejecutadas en "opus caementicium" completan el conjunto. Sobre estos muros, y tal y como se puede apreciar en las colindantes excavaciones del teatro romano, se levantarían columnas construidas en piedra arenisca y con capiteles corintios que darían lugar a un espacio adintelado por el que el público acceden al edificio de espectáculos.
C.- Acrópolis bizantina (sg. VI d.C.). La reactivación de la ciudad con el dominio bizantino trajo consigo nuevas reformas urbanas que se concentraron en ese sector del ya por entonces arruinado teatro romano; se reaprovecha los grandes cimientos del pórtico, ligeramente modificados en tramos, como amurallamiento con lienzos y torreones para la ciudadela de la guarnición bizantina en la ciudad. En este muro romano se abre la puerta de entrada al recinto descrita por la lápida de Comenciolo.
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